Islands in the stream

11 grados había cuando nos hemos despertado en la tienda, sobre las 8 de la mañana. No nos ha quedado otro remedio que desayunar fuerte...




Hoy toca conocer Yosemite por dentro. Ayer vimos el valle desde arriba y los osos desde el coche. A ver si hoy lo vemos todo más de cerca.

Decidimos hacer una caminata suave hasta Mirror Lake, un lago pequeñito pero famoso por ofrecer el paisaje reflejado en sus aguas, lo cual es perfecto para unas fotografías.

El camino es para disfrutarlo despacio.













Sin cansarnos demasiado llegamos al lago. Es éste de aquí abajo.




¿Véis la reflexión en el agua? ¿No? Claro, porque, por lo seco que está, calculo que debe hacer aproximadamente dos glaciaciones que no ve el agua.

Decidimos hacer un cambio de planes e ir a visitar el bosque de secuoyas, los Falete de los árboles. Poco antes de llegar está el Hotel Wavona, un exquisito hotel superpijo, con campo de golf y un menú exquisito de 50$, donde paramos a comer un frankfurt hotdog.




Al mío (el de la derecha) le ponen hasta Chili...

Y empieza a llover. Con ganas. Con ahínco. Con empeño. Con ganas de jodernos la tarde. Total, que ni secuoyas ni nada. Volvemos al Village para ir al museo donde hay una exposición de Ansel Adams, uno de los grandes fotógrafos del siglo pasado. Pero el parking está a diez minutos caminando del museo y no queremos arriesgarnos a una pulmonía, así que optamos por la opción sensata: chocolate caliente en el refugio.

Lástima que no podamos actualizar el blog, porque el wifi del refugio es como la honradez de un político. Presume de su existencia, pero no sirve para nada.

Supongo que el lago debe estar a rebosar de agua, pero cualquiera va a mirarlo. En alguna pared aparece incluso una cascada producto de la lluvia.

Y el único oso que hemos podido ver ha sido éste:




Pues nada... pizza y a dormir que mañana tenemos unos cuantos kilómetros hasta llegar a una cita que tenemos y de la que os informaremos... ¡cuando tengamos wifi!